Yo no sé si es que yo me predispongo o es que realmente se cumple lo que presiento. Lo que sé es que tengo miedo de todo lo que está pasando, porque aunque no es nuevo para mí hay historias anteriores que me han mostrado cómo puede terminar, y yo no quiero sentirme mal de nuevo.
Sí, me refiero a Mr. Red. Es curioso, porque por un lado no
he querido “ver” más allá de mi presente para no hacerme ideas, así que lo he
tenido por unos días como alguien que se queda en el tablero de manera
indefinida. Lo que no me gusta ver es que eso indefinido siempre tiene fecha de
caducidad, y suele ser imprevista. Suele serlo, digo, porque, sea por mi
fatalismo o porque tengo esa habilidad, puedo ver cuando los bajones se acercan. Y a
mí me asustan los bajones, las crisis, los problemas, porque me asustan los
finales, porque me asusta sufrir.
Seré sincera: no quería interesarme en Mr. Red. Después de
Mr. Gringo me había propuesto tomarme todo con pinzas. Qué va, después de
Brownie. Después de Laro. Desde hace mucho tiempo. Y estoy molesta conmigo
misma porque lancé las pinzas a un lado muy rápido, y confié en mi instinto. Ese
que usualmente me dice “dale una oportunidad, a ver qué te puede ofrecer”, y
entre broma y broma ya estoy metida en algo parecido a una relación. El hombre
me encanta, desde su pelo y su piel hasta el hecho de que esté medio perdido en
la vida y se tenga q ir a la India a encontrarse (porque eso para mí significa
que le importa su aspecto espiritual y vaya, por fin me encuentro con alguien
no tan superficial y que hace algo un poco más tangible por ser mejor ser
humano). No sé si algún día deje de ser tan inocente.
Me asusto porque me siento bien con Mr. Red. Su “vibra”
(llamémosle así a su presencia) es afín con la mía, no me incomoda como lo
hacía la de Brownie, por ejemplo. Me fijo mucho en eso a la hora de
relacionarme con la gente. Él es suave, como lo era Laro. Pero tiene el plus de
ser espiritual, como yo. Eso bastó para bajar la defensa, después de todo, ¿Por
qué no confiar un poco? Quizás y estoy al lado de alguien que será importante
en mi vida.
De hecho, todo el que se involucra conmigo termina siendo
importante para mí, porque todos me traen aprendizajes.
Yo no sé por qué tengo que “necesitar” confiarme en algo que
no termine para sentirme segura. Una relación familiar en la que la pertenencia
y permanencia sean componentes del amor que sienta por alguien. Eso, y un
poquito de pasión, que no está de más nunca si se trata de una pareja (Ya
Brownie me enseñó eso).
Y sin darme cuenta, empecé a quererlo. Más allá de que él no
sea muy hablador y sea tanto o más tímido que yo, o de los defectos que me asustan, hay algo
que me hace quererlo. Él también lo ha distinguido, me lo ha dicho. Y tengo
miedo de que eso siga creciendo. Ambos tenemos miedo de a dónde nos puede
llevar todo esto.
Hace unos meses, una amiga mía me contó que estaba saliendo
con un hombre que le llevaba 17 años. Se conocieron en el yoga, él le empezó a
hablar y comenzaron a salir. Él salía de una relación de 10 años con una mujer
que también va al yoga y a la que no ha dejado de ver, porque aunque su
relación no haya funcionado, hay cariño entre ambos. Eso la ponía hiper celosa
a mi amiga. El hombre al principio la buscaba, le hablaba, salían, todo super
bien, un romance como cualquiera, con un componente espiritual que hacía pensar
en una conexión interesante. Hasta que los celos de ella y la indecisión del
hombre empezó a hacer que la relación decaiga. Nunca fueron nada formal, por lo
que dejar de verse terminó siendo algo casi natural. Al final ella tuvo que
decirle adiós porque él le decía que la quería pero no pensaba dejar de ser
amigo de su ex de manera tan rápida, ni estaba listo para tener nada, porque
estaba pasando por un momento de cambios y crisis de identidad y necesitaba
encontrarse a sí mismo. Super comprensible y chévere que sea consciente de ello
y busque su evolución como ser humano, pero triste por el hecho de que haya
terminado haciendo daño a una tercera que no tenía nada que ver y que se metió
por inocente.
Cuando me contó hace unos días que estaba medio colgada por
el tipo, le dije que le terminara definitivamente porque no se merecía que no
le dieran su lugar. “O eres todo, o eres nada, no hay puntos intermedios”, le
dije. Le hablé un poco de Red, comentándole que también salía de una relación
larga (Él sí se está divorciando y bueno, tengo el pro de que no es amigo de su
ex), y pensé: “qué suerte tengo de que el tipo con el que estoy saliendo no es
tan inmaduro y está decidido por mí”.
Al menos, la primera semana.
Ayer, luego de cancelarme la salida del sábado, me dijo por
mensaje que quería ir más lento. Que le gustaba todo lo que estábamos pasando y
que no significaba que no me quisiera, que le seguía encantando, y que
justamente por eso quería tomarse las cosas con más calma, porque dejándonos
fluir habíamos ido un poco rápido y quería disfrutar esta etapa. Que necesitaba
un poco más de espacio y que encima como se está yendo en setiembre hasta fin
de año, no sabía muy bien qué hacer. Después de que fue él el que me abrazó y
me besó, que fue él el que me dijo para seguir viéndonos, que fue él el que me buscaba
“a la hora que sea, yo la espero, señorita”, que fue él el que me presentó a
sus amigos más cercanos, me llevó a su casa, me presentó a su hermano, sus
gatas y su cuarto y me dijo “todo esto es tuyo, cuando quieras” y hasta me
compró un cepillo de dientes (Un poco a lo Brownie, pero sintiéndose distinto.
Esta vez yo no me lo creí, just in case, pero igual me ilusionó). Para mí, lo
que me dijo fue: “Tengo miedo. Te tengo miedo, tengo miedo de lo que estoy
sintiendo, tengo miedo de volverme a equivocar y de sufrir”. Bueno, después de
todo, divorciarse no es cualquier cosa. Y se lo dije. Me dijo que sí, que tiene
miedo de lo que está pasando, pero que no pensaba dejar de verme.
Bueno, ya teníamos planes para todo el fin de semana y al
final no nos vimos más que el sábado en la mañana para hacer yoga juntos. Hoy
vamos a salir a conversar cara a cara sobre lo que para él significa ir más
lento pero seguir saliendo. Porque la verdad, y será porque en mis relaciones
siempre he ido un poco rápido a pesar del miedo de salir herida, que yo no
entiendo bien. Para mí eso es un “ya no me interesas tanto pero vamos a seguir
viéndonos a ver si termina siendo un sí o un no”. Es un tibio. Y en este tipo
de cosas, lo tibio es lo que menos me gusta. Porque no me da seguridad de nada.
Es obvio que no se puede saber qué va a pasar… Pero eso se
construye. Yo tengo miedo de salir herida, mucho. Pero, curiosamente, quiero estar
con él. Seguir conociéndolo, seguir compartiendo cosas, seguir conversando, ayudarlo
a que se conozca sin un troncho encima. Yo también estoy en el mismo camino de
encontrarme a mí misma sola para luego poder sentirme a gusto con otra persona
(Digo, por algo me gustaba estar soltera, porque tenía tiempo para mí), y va a
sonar un poco raro, pero no me da miedo que se vaya de viaje, porque sé que
puedo esperarlo (Después de todo he esperado más que 4 meses por otra persona)y
porque creo que sería un reto que me demostraría lo que realmente tenemos. Estoy
dispuesta a eso, y a disfrutar del presente sin pensar en el futuro, a pesar
del miedo que tengo de que luego todo se caiga.
¿ Será que me he vuelto a cruzar con un inmaduro?
No sé, pero aunque por un lado confío en que todo saldrá
bien (Sea con él o con otro o sola), me llega tener pasar por incertidumbres. Me
provoca tirarlo todo al tacho y no exponerme más a que jueguen conmigo.
¿Cuándo aprenderé a no creerme todo lo que me dicen? ¿Cuándo
aprenderé a ser prudente con la gente y no confiar de un porrazo? ¿Tengo que
pasar por más de estas situaciones para finalmente hacer las cosas bien?
¿¿¿¿¿¿Por qué me tienen que gustar los hombres complicados, emocionalmente
inaccesibles o con problemas??????
Supongo que estas son las consecuencias de vivir :/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario